Capítulo 2: La granja de gallinas.

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Capítulo 2

La Granja de gallinas:

Domingo 9 de octubre

Hoy es domingo y ha venido a casa parte de la familia, mis cuñados con los niños. Tienen un hijo que está justo en medio de mis dos pequeños y otro más grande, de la misma edad que Adam, de hecho, solo se llevan 15 días de diferencia, siendo el mío el más pequeño.

Generalmente nunca me inmiscuyo en las cosas de los chicos. Nunca hago caso cuando hablan de sus juegos, el fútbol o de las motos, pero hoy me he fijado que han estado todo el día cuchicheando y comentando cosas del juego nuevo. Así que, entre charla de fútbol, discusión de política y cotilleos, he conseguido parte de información sobre el juego que ellos saben.

Se llama Demon Hunter. Uno se puede comprar una plataforma de esas para jugar en casa sin necesidad de ir al pabellón. Por lo visto, no tiene ningún sitio oficial en internet. No existen imágenes o videos del juego y tampoco hay información en ningún sitio. Esto me ha extrañado muchísimo, es muy sospechoso que ni siquiera tengan página web, ¡pero si hasta la peluquera tiene una! 

Bueno, si no puedo mirar en ningún sitio como es ese juego, tendré que verlo por mí misma. Nunca me he informado a qué clase de juegos juegan estos dos, pero dicen que no debe de ser así, que los juegos llevan mucho contenido no apto para algunos públicos. Toca hacer de buena madre e investigar por mi cuenta.

Lunes 10 de octubre

El mayor ya funciona solo por las mañanas y coge solito el bus para ir al instituto, pero a los peques aún hay que vestirlos, darles el desayuno y llevarlos al cole. Normalmente aprovecho los regresos a casa para hacer las típicas compras de cada día, pero los lunes toca una compra más potente…

Una vez hecha la tarea de la compra, mientras regresaba a casa con el maletero hasta los topes, he pensado que el pabellón no está muy lejos de allí, casi de paso, así que he decidido ir a preguntar un par de cosas.

En el punto informativo de recepción hay unos mapaches… que hablan a velocidad acelerada y desordenada. No son gente disfrazada, porque son pequeños… ¿¡Mapaches con auriculares y escribiendo al ordenador!?, ¿Será que la época de los experimentos primates ya ha terminado y los están sustituyendo por mapaches? En internet he visto a muchos monos hacer cosas increíbles, quién sabe… 

En fin, yo solo quería informarme sobre el juego, saber la edad mínima, conocer su contenido, si lleva violencia, palabras malsonantes… lo típico vamos. Pero casi no he podido ni hablar, cuando me he dado cuenta tenía en las manos un papelito con un número escrito en él y me estaban echando con unvamos, vamos… ¡Chiguenteee!” Ha sido como cuando vamos al McDonald’s y al ir a pedir, la chica de allí te dice las cosas a tal velocidad que sólo puedes decir: sí y ¿qué?

Sin darme cuenta estaba buscando la 234, el número de plataforma que marca el papelito.

Bueno, el coche está en la sombra y tengo muchas horas hasta ir a recoger a los niños de nuevo. Así que tendré que entrar un poco para sonsacar información de primera mano. Al fin y al cabo, es la mejor manera de saber sobre el juego, o la única por ahora.

Al entrar aparezco donde me desconecte ayer, en la zona de inicio, donde a pesar de ser lunes hay bastante gente. Bueno, ahí enfrente sigue estando Albert el tutorial. Él, tan apuesto y majo, después de una charla en busca de información me aconseja que, si no quiero seguir un camino de peleas y armas, puedo dirigirme al norte, hacia la ciudad de inicio, o al oeste, hacia la granja de gallinas. En esta última podré encontrar las primeras misiones.

Cuando le pregunto dónde puedo cambiarme los harapos que llevo y ponerme algo que resalte más mi nueva belleza, me dice que existe un mercado en la primera ciudad donde la gente puede vender sus confecciones, y existen unos pequeños comercios locales donde ir de compras, pero para eso parece que hace falta dinero, así que hay que trabajar haciendo misiones para conseguirlo.

Bueno, eso no me parece mal, a ver si así mi hijo aprende que el dinero no aparece en la cartera por obra de magia, sino que hay que trabajar para conseguirlo. Al oeste, a la granja de gallinas.

Vaya, no me había dicho que estuviese tan lejos, no sé cuánto tiempo he estado, pero por lo menos han sido 15 minutos de caminata.

Al llegar allí me he encontrado con un mapache recostado en un árbol, con un sombrero de paja y una enorme exclamación amarilla encima de su cabeza. Parece ser que él es Gran-Jero, o eso pone en el velcro de su chaleco… Y ofrece unos trabajos a cambio de unas moneditas:

  • Atrapar 2 gallinas.
  • Entrar 5 gallinas en el gallinero.
  • Recoger 5 huevos.
  • Sacar al gallo del gallinero.

Bueno, ¡Manos a la obra! Voy poco a poco acercándome por detrás de una gallina para cogerla, pero cuando estoy cerca, la muy gallina, se me escapa todo el rato, así que después de varios intentos me abalanzo saltando sobre una de ellas y la pillo. ¡¡Eureka!! Ya tengo una. ¡¡Ay!!¡¡Auu!! ¡Me caguen la ¡****!!pero qué... ¡¡Ay!! Menudos picotazos y aleteos me ha propinado la gallina. Qué dolor. La he tenido que soltar o hubiera acabado apalizada. “¡Tinnn!” De repente, en el aire, veo una frase con unas letras flotantes. “Coger gallinas 1 de 2”. ¡Sólo tengo que cogerlas! Mejor, me evitaré picotazos que duelen una barbaridad. “¡Tinnn!” segunda gallina, y la suelto inmediatamente esquivando a tiempo un aleteo.

Ahora tengo que entrar 5 gallinas al gallinero, que es tarea ardua e imposible. La gallina escapa en dirección contraria a la que me acerco, pero en cuanto ve la puerta del gallinero, la muy gallina se va para otro lado. Mientras analizo la situación y busco alguna solución, veo a uno que, desde fuera del corral, parece reírse de las otras personas que están pasando por lo mismo que yo, poner gallinas a recaudo. Así que aprovecho mi nueva yo, y me arriesgo a usar los encantos femeninos, a ver si me acuerdo como se hace… Me acerco al chico para preguntarle, pero parece que me ha visto venir y se ha dirigido a mí antes que yo a él:

—Necesitas party para las gallinas, ¿no? Acepta, y a ver si siendo una más no se nos hace de noche aquí correteando con las gallinas.

“Que acepte ¿dónde? ¿party?, ¿qué es party?” …

Antes de poder decir mis pensamientos en voz alta, aparece un mensaje flotando, igual que algunas veces en el móvil, y con un gesto con la mano, hago click en aceptar.

De repente, en mi lado izquierdo, podía ver nombres con dos barritas debajo de cada uno de ellos, una roja y otra verde. Esos mismos nombres se correspondían a algunos de los que estaban conmigo en la granja, pero antes tenían su nombre en azul y ahora es de color verde.

—¡Vamos!, ayúdales a cerrar el cerco y así será más fácil para todas —Parece que el chico de antes es el director del grupo, porque menudos gritos.

Y de eso se trató, entre las 4 que éramos fuimos presionando a las gallinas hacia la puerta, y según hacia el lado que corrían nos movíamos cerrando el cerco. “¡Tinnn!, ¡Tinnn!, ¡Tinnn!” 3 gallinas de golpe. Ahora sí, las otras 2 no tardaron mucho en entrar en el gallinero con este sistema. Una vez todas tuvimos hecha la misión, se despidieron y a otra cosa.

Vaya, que fugaz ha sido esto. Pero aprendí que una “party” es crear un grupo con otras jugadoras y cooperar para hacer misiones.

Ala, vamos a sacar a ese gallo del gallinero. Resulta que hay 2 gallos y se pelean, así que hay que sacar a uno fuera. Y para eso, elijo el que está más cerca de la puerta.

¡Pero qué demonios!, ¡Ayyy!, maldito ¡auuhh! será hijo de gallina… ¡Ay!, las gallinas de fuera no son nada comparado con el gallo. Al final he tenido que defenderme con el escudo y prácticamente sacarlo a empujones. “¡Tinnn!” ¡Conseguido!

Ahora entiendo a los granjeros, a partir de ahora cuando cocine pollo lo voy a disfrutar muuucho más… Y va a ser más a menudo.

Recoger los cinco huevos ha sido más sencillo, solo he tenido que ir con un poco de cuidado y listo.

Al regresar voy llena de picotazos, con la barrita roja a la mitad, con los cinco huevos para pedir la recompensa, y el mapache me da unas monedas de bronce. Al parecer las hay de plata y oro, así que estas son las más pobres. Vamos, que me ha dado calderilla. Como me parece poco para tanto picoteo, el mapache me ofrece más trabajos:

  • Hacer una tortilla con los huevos.
  • Sacar el estiércol del gallinero.
  • Encargarme de los lobos a medianoche.

La tortilla, fácil, allí mismo tiene una sartén con todo lo necesario, incluso un fuego encantador. Se la he hecho de 2 huevos, así que me he quedado con 3 para mí. El olorcillo de la tortilla ha hecho que me dé cuenta que estoy muerta de hambre. Y al final me he hecho una tortilla de 3 huevos para mí. Menuda sorpresa, ¡Sabe genial! No puedo creerlo, puedo notar el gusto de la tortilla y vaya tortilla, la mejor que he hecho nunca. Y luego he recordado que estaba en un juego. ¿Cómo es posible?

El estiércol ha sido un poco más asqueroso, por el olor, aunque ha sido soportable… La parte mala ha sido que, después de cargar la carreta, ha saltado un mensaje diciendo que ahora había que llevarla al pueblo, para aumenta la recompensa.

Con lo de la party de las gallinas he aprendido, así que me he aliado con otra chica que estaba en la misma tarea que yo. Entre las dos nos hemos turnado la carreta para llevarla, tenía la esperanza de poder sonsacarle información, pero era una persona de pocas palabras. La que sí ha hablado ha sido una que pasaba montada a caballo, restregándonos que ella iba a caballo y nosotras a pie, que nos compráramos uno. Estaba enfadada porque se estaba riendo de nosotras, pero al mismo tiempo maravillada, ya que era la primera vez que veía un caballo tan de cerca, era tan real...  Al final mucho alardear y nada de ayudar, nos ha dejado allí con la carreta y se ha largado.

Por fin entregamos la carreta en un almacén de estiércol, justo al lado de un puesto de alquiler y venta de caballos… Menuda guasa… 

Estoy muerta de tanto caminar, ¡nunca había caminado tanto!, estoy muerta de sed, ahora lo único que quiero es beber, ¡qué sed tengo! Nadie me había dicho que esto estaba a media hora de camino, ¡a pie!, así que busco un bar, a ver qué sirven.

Whisky, brandy, hidromiel… Todo bebidas alcohólicas. He pedido agua, pero el mapache que lleva la barra me ha enviado al abrevadero de caballos que hay fuera. Estos animalitos están empezando a caerme mal… Al parecer también hacen algunos zumos, pero son tirando a carillos y con la poca economía que poseo, no puedo permitirme muchos, por lo que me decanto a lo más común y barato, la cerveza. Una cerveza ¡¡¡FRÍA!!!, aquí todo es tipo medieval, pero la cerveza está fría. Hay pillines, que todo esto es decoración. Vaya, que cerveza tan buena, nunca he probado una con tanto sabor, como la tortilla. Las otras clientas del bar, me han comentado que eso es porque es de fabricación natural, sin las historias químicas de la industria moderna. Pues no sé si es verdad o solo propaganda, pero me ha sentado fenomenal.

Por recomendación de las clientas del bar, he ido a comprar pociones para recuperar la vida, se ve que lo de los lobos de medianoche puede ser peligroso. Veremos cuán peligroso es. Tengo que darme prisa, ya es de noche cuando salgo del bar y la misión se llama “Lobos a medianoche” así que… Espera, ¡Es de noche! ¡No puede ser! ¡Los niños!.

Me desconecto y rápidamente busco mi teléfono para ver la hora. ¡¡UFF!! ¡Qué susto! Todavía tengo tiempo. Vaya, el reloj parece detenerse jugando a esto. Voy a ver que tal eso de los lobos y salgo enseguida, no creo que me lleve mucho y aquí estoy a menos de la mitad del camino del colegio.

Al parecer esto de los lobos tiene como requisito ser 3 personas, pero no me ha costado mucho encontrar una party de esas, cuando me han visto con el escudo, enseguida me han preguntado si estaba allí por los lobos.

¡¡¡Virgen santa!!! Lobos, lobos, con todas las letras, pero de verdad. Rectifico lo del gallo, esto es mucho peor y da mucho más miedo. Menos mal que he podido refugiarme detrás de mi escudo o se me meriendan. Mis compañeras, mientras yo intentaba no ser devorada, se han encargado de ellos a flechazos.

Rectifico otra vez, ahora sí que tengo el corazón a mil. ¡Qué pedazo de dientes!, pero todo ha pasado, bastante rápido. Hemos hecho la misión y unas monedas más, lo malo es que estos lobos han vuelto a dejar mi barrita roja temblando, de manera que tendré que comprar más pociones. ¡Así no podemos ahorrar Margaret! hacer dinero en el juego parece que va a ser mucho más difícil de lo que pensaba… Pero de repente, mientras descansaba en el suelo y miraba que no me faltaba ninguna parte del cuerpo oigo ¡¡¡Trash!!!

Y como si fueran los dibujos animados, se ha acercado una nube de polvo a toda velocidad, que de repente para y deja tras de sí un mapache. Otro mapache con chaleco, y este se llama Trash. Viene con una carretilla, guantes y delantal.

Ha estado hablando con la jugadora que lo ha llamado, entonces me he fijado que esta les había quitado la piel a los lobos mientras yo miraba mis pupas. El mapache ha subido los lobos sin piel a la carreta y le ha dado unas monedas a la jugadora, luego ha cogido la carreta y ha desaparecido en otra nube de polvo.

De camino al pueblo, mis compañeras de lobos me explican que Trash se dedica a recoger las piezas muertas de las misiones y cacerías, así todo queda limpio. Creen que es carnicero o algo parecido, así que si cuando matas a un animal lo llamas, se aprovecha todo de él. No le gusta la piel de las piezas, por lo que, si despellejas al animal antes de que venga, te paga más por ellas.

Llevo mucho tiempo cocinando y en mi juventud trabajé unos veranos en una carnicería, eso de desollar no creo que me cueste mucho.

Como el camino da para mucho aprovecho para preguntar más dudas, como lo de las barritas… Cuando les he comentado mi edad real y que tengo tres hijos parece que han sentido empatía por mí y me han contado lo básico para sobrevivir, como que esa barrita roja es mi vida, y si llega a cero muero, pero que no pasa nada porque se resucita. ¡Cómo que se resucita! No sé yo… mejor no arriesgarse con eso…

Al fin he aprendido muchas otras cosas básicas, como lo de los menús, la lista de amigos, etc. También me explican que, para descansar, mientras no tenga una casa, lo mejor es ir a la posada y pasar la noche. Con el dolor que llevo de los mordiscos de los lobos, lo de descansar suena fenomenal, además. recuerdo que mi hijo siempre me dice que deja el personaje en la posada y viene… Será por eso…

Ha sido llegar, pagar la habitación, quitarme los zapatos y quedarme frita en la cama.

¡¡¡Queeé!!!, ¡No puedo dormir!, ¡¡los niños!!

Salgo y efectivamente, ¡Casi llego tarde! ¡Maldita sea!. Me voy disparada hacia el cole, con un poco de suerte llego de las últimas, pero a tiempo. ¡PIP PIpppppp! ¡Dios mío! ¡Que me duermo al volante!, un lapsus momentáneo, el susto y la prisa me han despejado del todo y he llegado a tiempo.

Creo que este juego puede llegar a ser peligroso, deberían avisar que no se puede conducir inmediatamente después de salir del juego…

Bueno, no ha sido nada, ahora a comer y de vuelta a… ¡Oh no!  ¡La comida!, no la he preparado, he ido a buscarla al super y no…¡¡ Dios!! la compra… Se ha pasado toda la mañana en el maletero del coche. Seguro que se han echado a perder los yogures y a saber qué más, no quiero ni pensarlo. 

En fin, tendré que improvisar algo de comer y a la tarde me echaré una buena siesta que no puedo conmigo misma. El susto de antes al volante puede ser un indicativo de cansancio. Mañana preguntaré en el pabellón si el juego puede dar narcolepsia y me organizaré mejor para que no se repita lo de hoy.

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