Capítulo 6: Amigas

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Capítulo 6

Amigas

Sábado 15 de octubre

Tal y como imaginaba. He tenido que llevar a mi hijo y a su amigo al pabellón para ir a probar las plataformas, hábilmente he conseguido que se salgan con la suya convenciéndome de pasar allí el día y que yo fuese a recogerlos por la tarde. Por otra parte, hoy el mediano tiene fútbol fuera, así que he convencido a mi marido para que vaya él y se lleve a los dos pequeños juntos. De manera que tampoco van a regresar hasta después de comer como pronto, y yo tengo algo de tiempo para realizar algunos recados y planchar.

Después de dejar a los chicos mayores en el pabellón, regreso y le doy un repaso rápido a la casa, un par de pasadas a un par de pantalones y ya que estoy en el cuarto de la plancha… entro un rato, que hoy tengo muchas horas muertas.

He tenido que deshacer el camino, a pie, hasta el pueblo desde el lago para ir al banco.

Al parecer, las recompensas de algunas misiones aparecen directamente allí y se guardan en tu cuenta, pero yo no sabía nada de eso y no he abierto ninguna cuenta en ningún sitio. Yo había pasado del banco porque no tenía apenas dinero, y porque los bancos nunca traen nada bueno… pero esto es un juego y se ve que aquí los bancos son diferentes a los reales, no te roban, sólo sirven para guardar dinero y cosas. Al hablar con la gente del lago me han informado de la utilidad del banco. Y tenían razón. De las misiones de cocina que hice me habían ido dando recompensas, que se han ido acumulando aquí, en el banco, sin necesidad de hacer ningún trámite. Que si un juego de cacerolas, que si coladores, que si fuentes y bols… espera, ¿¡qué es esto!?… ¿una nevera y un congelador?  Vale, las cacerolas y demás útiles de cocina me los llevo para casa, ¿pero qué demonios hago con la nevera y el congelador? Y entonces unas criaturas extrañísimas, que parecen peluches con un pompón en la cabeza, y unas alitas pequeñitas en la espalda que les hacen levitar y volar a nuestra altura, me lo han explicado claramente. Al parecer, estos objetos que son para la casa puedo recogerlos aquí en el banco o desde la consola de la propia casa. Al menos con estos bichitos me entiendo. De todas las criaturas que he ido viendo, cada cual más extraña, los mapaches son los que más lio generan y los que más abundan…

En fin, de momento cojo el cuchillo de desollar que he obtenido aprendiendo y voy a casa, a darme una ducha y cambiarme que huelo a bicho muerto.

Al llegar a casa he alucinado, resulta que la cocina tiene un aspecto rural, pero es sólo diseño, al abrir uno de los armarios me he encontrado ya con una nevera, una de estas pequeñitas que aparecen en los hoteles de las películas. La cocina es como la chimenea, funciona a leña o a gas, no sé, pero el caso es que le das a un mando y se encienden los fogones, no es una vitrocerámica, pero hace su misma función. En otro armario bajo, hay camuflada una pequeña lavadora. Y yo metiendo la ropa en la ducha… Y espera un momento, ahora me doy cuenta de que hay agua corriente y caliente, además, debajo del fregadero hay un triturador de basura. Esto me confunde mucho, pues todo aquí dentro es rústico, sin tecnología, de la edad de piedra vamos. Todo parece hacerse a mano, pero aquí hay agua corriente, lavadoras y neveras… No entiendo nada. Bueno, sabiendo lo de la lavadora voy a ducharme y a cambiarme de ropa para aprovecharla, después ya investigaré el resto de la casa a ver si encuentro más cosas.

Perfecto, así mucho mejor, sólo me falta un espejo para acicalarme un poco e ir a matar lobos con estilo. Me pregunto si existirán los espejos, el maquillaje y los cepillos, esto último empiezo a necesitarlo de verdad, tengo una preciosa melena pelirroja de pelo liso, pero esta tan enredada que es una lástima, aunque por lo menos está limpia, sin jabón, pero limpia.

Busco esa consola de la que me hablaban en el banco y resulta que está detrás de la puerta de entrada, ni la había visto. No me van mucho estas tabletas modernas, pero me las he apañado para poder sacar las cosas que quería. Los trastos de cocina, la nevera y el congelador. Esta nevera es bastante más grande y pesada, por lo que necesitaré ayuda para moverla, y no hablemos del congelador. Ya sé, idea, voy a la granja de gallinas a la misión de los lobos y busco una party para hacer la misión, de ahí saco a un lobo entero para poder cocinar y de paso me hago amiga de los de la party, para convencerlos de que me acompañen a casa y me ayuden a colocar la nevera a cambio de una buena cena. ¡Perfecto! Ya es hora de socializarme, hasta ahora he ido un poco perdida y por mi cuenta, pero puedo conocer gente nueva, hacer nuevas amistades y volver a ser joven, así que allí vamos. A sí, y de paso igual puedo ir a recoger huevos de las gallinas para cocinar.  Me pongo algo nuevo para causar buena impresión y hacer amistades, también cojo algo sucio para envolver al lobo de camino a casa.

De camino a la granja de gallinas (empiezo a cansarme de tanto paseo), veo a gente que está trabajando, arreglando el camino, rellenando baches, haciendo márgenes, poniendo señalizaciones… Ellos mismos me han dicho que están haciendo trabajos sociales ¡Madre mía! Ese dato hace que acelere el paso, estos son delincuentes que cumplen condena… Espera, no, eso no tiene mucho sentido, estoy en el juego. Bueno, ya puestos para que arriesgarse, ya estoy cerca de la granja y a este paso llegaré con tiempo de sobra.

Anda, en la parte de atrás de la granja de gallinas hay un campo de maíz. Allí hay otro mapache que también da misiones, así que aprovecho para hacerlas mientras espero a que se haga de noche para los lobos. Que si llevar maíz al granero, que si cazar topos en el campo, que si reparar la valla, que si arreglar el tejado del granero… espera, esa no, ahí no me subo que me descalabro. Unas monedillas extra que no vienen mal y ya se ha hecho de noche, pero con la noche me ha venido el hambre. Otra vez, no hago más que comer ¿qué hora será? Bueno, da igual, cuando termine voy a cocinar el lobo y solucionado.

¡Bien! ¡Lo he conseguido! No me ha costado nada encontrar a dos personas para hacer los lobos. Ya sabía que el escudo no me fallaría para esto, casi parece ser mejor que las curvas, ya que mis compis de party son dos chicas, o eso creo.  Ahora que lo pienso, a la hora de hacer el avatar ponía que podías elegir hombre o mujer. Bueno, con unas cuantas preguntas de madre seguro que lo adivino en un momento.

Una de ellas se llama “Elorzal” y la otra “Azalea”. Resulta que son hermanas gemelas, pero aquí no son iguales, claro, han aprovechado para ser diferentes. Lo que sí que son jóvenes, de echo son de la misma edad que mi hijo. Bien, esto será una oportunidad para ver que tal anda la gente de esa generación y que es lo que buscan en el juego. Quién sabe, igual son un buen partido y les presento a mi hijo. Vamos a ver… vamos a ver…

¡¡¡Auuuuhhhh!!! Lobos a medianoche, aquí están. Al parecer, Elorzal, se identifica a ella misma como una experta en este tipo de juegos, por lo que lo ha tenido claro y nos ha colocado en formación para enfrentar a los lobos. Eso me ha sorprendido, pero más alucinada me he quedado cuando he visto que enfrentaba a los lobos a tortazo limpio, sí, a golpes con las manos desnudas, a puñetazos. Por su parte, Azalea, ha utilizado una varita mágica que tira rayos. Esta vez me he desenvuelto mejor y he sufrido menos contra los lobos, cuando hemos acabado con ellos los he desollado y llamado a Trash. Esto les ha sorprendido a ellas, al parecer no lo sabían. Ahí es cuando me he enterado de que es el primer día que entran al juego, así que voy a tener que hacerles un poco de guía, y parece que tienen mucho que aprender, pues también se han sorprendido cuando he envuelto al lobo con la ropa para llevármelo a casa. Además, han exclamado ¡¿tienes una casa?! Así que las he invitado a verla y a cenar, ellas también tienen mucha hambre. Perfecto, misión cumplida que se dice aquí, ya tengo la ayuda que necesitaba para la nevera.

De camino a casa, conozco un poco más a mis nuevas amigas y me explican cómo ponerlas en la lista de amigas. ¡Caramba! Que giros da la vida, a mi edad, haciendo amistad con unas gemelas de 16 años. Jeje. Es gracioso, pero también preocupante, yo soy una buena madre, pero podría no haberlo sido perfectamente… Después de los muebles les daré una buena charla, parecen demasiado confiadas.

Al llegar a casa, ¡Oh!¡Sorpresa! Resulta que ellas no pueden entrar, hay como una barrera que lo impide. Elorzal me dice que tengo que dar permisos en la consola, así, únicamente aquellas personas que yo quieran pueden pasar. Voy a la consola, pongo su nombre en una lista y ya pueden pasar. Perfecto, un genial sistema antirrobo, ojalá fuese así en la vida real.

Tengo invitadas en casa, no sé, pero me hace ilusión, las únicas visitas que suelo tener son mi cuñada, mi suegra y el amigo de mi hijo. Sólo las puedo invitar a calentarse junto a la chimenea y a ducharse, también les puedo dejar algo de ropa mientras ponemos la suya en la lavadora y se seca al fuego y mientras tanto, yo preparo el lobo que hemos recogido. Tengo que mejorar el tema del picoteo, puede que a partir de ahora pueda tener más visitas y ofrecer una ducha en vez de galletas no creo ni que sea correcto ni apropiado. Son las tantas de la noche y las 3 tenemos un hambre de lobo, aunque un lobo entero para las tres es demasiada comida… ¡espera! Tengo ¡congelador! Cada vez este juego me gusta más.

Elorzal, después de cenar me explica que se puede modificar la distribución de la casa a gusto. Entiendo lo que quiere decir, pero no lo comprendo, así que dejo que ella manipule la consola y el resultado es alucinante. Ha hecho que la cocina sea el doble de grande, ha puesto la nevera y el congelador integrados en el mobiliario y ha colocado una escalera que da acceso a un altillo en el piso de arriba. También me dice que esa consola parece como un famoso juego de construcción de casas, que se pueden hacer un montón de cosas como comprar mejoras; un vallado, un porche o incluso una piscina. Demasiada información para mí, me ha recordado a los mapaches y es tardísimo, por lo menos deben ser las tres o las cuatro de la madrugada, pero dentro del juego claro, fuera serán… Ufff, necesito ese maldito reloj.

Las he invitado a quedarse a dormir, pero claro, no tengo camas ni sofá donde quedarse, así que han decidido ir a la posada a descansar. Yo por mi parte me pongo el pijama y a dormir.

¡¡¡Kikirirkikiiii!!! Un gallo me despierta. ¡Maldita sea! A ver si alguien para ese despertador…  Pero no para, además parece venir del jardín. Espera, ¿jardín, gallo? Es verdad, estoy en el juego… Parece como si hubiese dormido de verdad, es más, tengo el sueño lógico de haber trasnochado y haberme despertarme demasiado pronto. ¡kikirikiii!!! ¡Otra vez…! Voy a ver.

¡¡Guauhh!! De ayer para hoy ha aparecido una casa junto a la mía, la cual parece que tiene un pequeño corral con gallinas y el gallo que canta. Bueno, me servirá para despertarme por la mañana y tener una referencia más de tiempo, se supone que los gallos siempre cantan cuando sale el sol ¿no?

Bien, y ahora que puedo hacer…Ya sé, voy a tener que comprar cosas para poder poner la casa a punto. Necesito cortinas, manteles, servilletas, vasos, un sofá no estaría mal…, entre otras cosas, pero para todo eso necesito dinero otra vez. Voy a ver si el mercado encuentro algo, aprovecharé para hacerme una idea de los precios y buscaré a los artesanos de más calidad para identificarlos, ahora estoy en la miseria, pero no será para siempre, o eso espero.

De camino, al pasar por la plaza del pueblo, escucho el “ton, ton, ton” de un reloj, y al alzar la vista que ven mis preciosos ojos… Hay una torre con un reloj de estos antiguos, pero resulta que tiene encima un reloj digital que marca otra hora. Enseguida me he percatado, las saetas marcan la hora en el juego, y el digital la hora del exterior.  ¡¡¡Ya no necesito el reloj de oro!!!

De repente algo me pega un par de tirones en el pantalón. Es un mapache, Enviado, que me trae una carta de Elorzal. En ella me pregunta si conozco la misión de los osos y si quiero ir con ellas, ¡¡Qué ilusión!! Parece que les caí bien, hice dos amigas, aunque sean unas crías. Me viene a la mente que al final, con lo cansada que estaba no les di la charla, parecen muy buenas chicas y creo que este juego es muy peligroso para dos jovencitas tan inexpertas y despreocupadas como ellas, aún no lo conozco lo suficiente, es cierto, pero por precaución será mejor que me pegue a ellas para cuidarlas y protegerlas. ¡Vamos de misión! Pero el mapache, cuando vuelvo en mí, me dice que si quiero responder tengo que enviarle un mensaje y que él lo llevará, pero no gratis, un mensaje escrito cuesta una moneda, pero si no tienes como escribirlo, el material para hacerlo cuesta otra moneda, total 2MB, no es un precio alto, puedo permitírmelo. Cuando le he pagado ha salido disparado a lomos de su caballo, ¿¿Como puede algo tan pequeño cabalgar un caballo tan grande?? Bueno, mientras tanto voy a ver si encuentro las cortinas.

No he llegado ni al mercado cuando, Enviado, ha aparecido de nuevo con otra carta, la contestación. “Ok quedamos en la abuelita dentro de 10 minutos”. Me cuestan otras 2MB la contestación… empiezo a ver dónde está el negocio… pero no confirmar es de mala educación, pago dos monedillas más para aceptar la oferta. Si hacemos los osos obtendré una moneda de plata, si encima puedo despellejarlos y después vender la piel los mensajes habrán valido la pena. ¡Hmmm! Quizás pueda hacerme un abrigo con las pieles de los osos… Si encuentro un buen sastre me lo pensaré, pero primero; ¡Vamos a por esa moneda de plata! Voy a la abuelita y las esperare allí.

No tardan mucho en llegar. Elorzal nos hace un repaso de material y pociones antes de encaminamos a los Osos, estoy viendo que es una chica muy organizada y meticulosa, le podría ir bien a mi hijo. De camino, como ya me conozco los osos, las advierto de los peligros y Elorzal empieza a idear como combatirlos. Esa niña vale para esto, conseguimos realizarlos sin mucho más daño que un par de moratones y puntos de vida, ninguna fractura ¡Genial! Además, hemos llamado a Trash después de despellejarlo… Una por los osos, otra por la carne y otra por la piel, ¡3MP de un mismo golpe! Mientras despellejaba a los osos, Azalea se ha quedado conmigo iluminándome con la antorcha y Elorzal se ha dedicado a recorrer todos los rincones de la cueva de cada oso. En dos de ellas ha encontrado un hongo de cueva y en la del oso negro un pequeño pasillo que lleva a una sala más ancha, donde hay una mena de hierro. Es decir, un lugar donde al parecer vas con un pico, picas y puedes obtener hierro para hacer armas y armaduras. Interesante, pero no me veo yo picando piedra.

Bueno, después de cobrar por la misión, gracias a Asterisco y su gran sabiduría, he podido venderle las pieles a un chico que se dedica a realizar prendas de pieles, aunque todavía no está a la altura de un buen abrigo. ¡Cálculos conseguidos! 3MP para el bolsillo, pero como el despellejar a los osos me ha costado más tiempo del esperado hoy ya no me da para hacer más. Bueno, al fin y al cabo, he pasado aquí un día entero…

Mientras cojo el coche para ir a buscar al mayor al pabellón pienso, esto sí que es aprovechar el día, me da la sensación de estar descansada, pero sigo teniendo un hambre voraz… He pasado el día en el juego y no he comido nada, me estoy volviendo a despistar… Lo bueno es que he descubierto lo del reloj de la torre, ya casi lo tengo todo bajo control… ¡3MP! Hay que celebrarlo, así que invitaré a los chicos a merendar en algún lugar de camino a casa, y de paso escucho sus comentarios sobre el juego que ellos piensan que no entiendo. Jeje.

 

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