Capítulo 12
Estrés
Viernes 21 de octubre
Mientras los pequeños desayunan van charlando amenamente y contentan sobre la comunión del mediano, ya queda poco… ¡La comunión! Me había olvidado completamente de ella, es más, no he hecho nada de ella en casi tres semanas … Creo que me he puesto pálida de verdad porque he tenido que sentarme y cuando ha llegado el mayor me ha preguntado por mi salud.
Menos mal que soy una mujer prevenida y ya lo tenía prácticamente todo hecho, solamente quedaban un par de detalles por aclarar. Les he dicho que me encontraba un poco mareada pero que estaba bien, que sólo necesitaba un poco de aire, que hoy no hicieran mucho jaleo, que tenía mucho por hacer y necesitaba calma.
Definitivamente estaba pálida, se han portado a las mil maravillas hasta llegar al cole, donde al dejar a la pequeña me han asaltado el grupo de las mamás. Hacía dos semanas que no respondía a los chats de grupo y estaba muy desconectada, así que tenían curiosidad por saber que me pasaba. La verdad es que no me caen mal, pero por algún motivo esta vez, pude ver una segunda intención de cotillear y he decidido jugar.
Les he contado que estoy estudiando apuntarme a algunas clases, que he decidido cambiar mis rutinas por rutinas más saludables, que me estaba acomodando y eso no puede ser. Estas dos semanas han sido un poco caóticas porque me estoy adaptando y mirando opciones, pero en fin, vale la pena cuidarse, ¿no?
Se han quedado tan sorprendidas que parecía que hubieran visto mapache hablando. Aunque antes de irme me han pedido que no falte este sábado a la prueba de vestuario de las funciones de los niños, tienen que ver que tal va la cosa. ¡Otra cosa de la que no me acordaba! Tengo que hacer rápido los recados y encontrar dos disfraces de Halloween en el juego, ¡los necesito para mañana! No sé si encontraré alguna costurera que pueda hacerlos en cuatro días.
Vaya día… Tengo que sentarme en algún sitio y hacer memoria por si me he dejado algo más por el camino. Sin darme cuenta he cogido el coche y he llegado al pabellón de las plataformas, donde he ido a coger número directamente y de cabeza al juego.
Dentro del juego las gemelas no están, es horario escolar, así que voy directa a ver a Asterisco en busca de consejo. En la puerta veo que hay un letrero donde pone “Estoy al lado tomando un café”.
Pues sí, la tienda de al lado es una cafetería/panadería. Al principio da la sensación de no ser la típica casa del juego, está bastante cambiada. Para empezar, tiene dos pisos y la madera es diferente de las que he visto por ahora, las vallas no son las habituales, están mejor trabajadas, de color cobre y de las cuales cuelgan enredaderas con flores. La entrada está cerca de la calle y es una puerta doble de madera con cristalera, encima hay un letrero de madera que pone “El raconet”. Toda la fachada que da a la calle tiene miradores por donde se puede ver el interior del local.
Entro un poco alucinada, juraría que ayer no estaba aquí. Eso o estaba tan emocionada que no la vi.
Al entrar me encuentro con unas paredes rústicas que parecen de piedra, aunque no creo que lo sean, dan el pego. En el fondo, aproximadamente en el centro del lugar, hay una gran barra con escaparates refrigerados. En el centro hay una puerta y a los lados, fuera de la barra, dos puertas más. A los lados, hasta llegar a la barra del fondo, hay un par de mesas de cristal y sillas acolchadas. Finalmente veo que hay vidrieras abiertas que dan a un precioso jardín con más mesas, en una de ellas está mi objetivo.
Voy directamente a Asterisco, creyendo que este edificio debe ser una especie de Abuelita. Al llegar se sorprende un poco, pero me ofrece asiento.
—Sasha, ¿qué tal?, ¿te has repensado lo de mi oferta de trabajo? Porque ya no me quedan vacantes…
Mientras le explico la situación, me recomienda que vaya a pedir algo, que pida consejo a la mujer de la barra. Estoy algo estresada, una tila no me vendría mal. Voy a ver qué da tanto bombo a este lugar, aparte de ser precioso y relajante, ya que las flores del jardín lo aromatizan todo.
La mujer de la barra es muy atenta, también es una jugadora porque tiene el nombre encima de la cabeza. Delante de las cristaleras veo que tiene la típica bollería, pastelería, repostería y tapas que puedo encontrar fuera. También tiene las típicas bebidas de infusiones, té, café, chocolate y batidos. ¡Tiene hasta helados!
Como me ve sorprendida, me explica que ella, ha terminado más de 60 misiones de cocina y además es estudiante de la Academia de Magia, en donde también se pueden hacer las profesiones, pero tienes algunas recompensas más personalizadas. No, si al final la dichosa academia.
Me recomienda una infusión en particular con bizcocho de calabaza, y la verdad es que tiene una pinta riquísima. Tampoco la entretengo mucho porque hay cola. Los precios no son muy caros, pero sí lo son bastante más que en la Abuelita, ver a tanta gente me sorprende.
Vuelvo a la mesa que estaba con Asterisco con una bandejita muy bonita de colores pastel a juego con la vajilla. Allí sentada y comiendo me entra una paz total, relajada y calmadamente le pido por un sastre que pueda ayudarme con mi problema, y él me da varios. Luego, me cuenta porque este sitio tiene tanto éxito.
La persona que enseña cocina en la academia, no es ni más ni menos que una de las diosas, la tal Darzee. Ella no solo enseña a cocinar, sino que enseña a encantar la comida para que tenga efectos mágicos como recuperar la vida, aumentar alguna característica como la fuerza, bendiciones contra demonios, propiedades mágicas, respirar bajo el agua, calmar los nervios y cosas así. La diosa suele ser muy benevolente, y como es una gran apasionada de la cocina, recompensa de sobremanera a sus mejores estudiantes. Aunque también confiesa que él no puede quejarse, pues fue el primero en tener casa y tienda en el juego, porque ella se la regaló como recompensa a su dedicación y esfuerzo.
Después de terminar la comida nos vamos los dos, me despido de la chica a la distancia, la cual me devuelve la despedida y pienso que voy a venir mucho más a menudo por aquí, tengo que probar que tal está el resto de la bollería y el olor de café y chocolate me están dando una gula tremenda. El bizcocho estaba realmente exquisito y la infusión también, tengo curiosidad por saber de qué era, espero que no sean drogas.
Salgo en busca del primer nombre de la lista. Su casa/tienda, se ajusta más a lo común que la cafetería/panadería, pero tiene escaparates donde hay maniquíes expuestos y eso aún no lo había visto, aunque tampoco vi este edificio ayer… Él no tiene Jardín, es todo casa, o mejor dicho tienda/taller. Al entrar me atiende una joven, que me lleva hasta él cuando le digo que tengo un problema y vengo recomendada por Asterisco.
El joven, al menos de apariencia, me escucha y me dice que puede ayudarme, pero para hacerme los disfraces necesita dos cosas. Lo primero son las medidas de los niños, y lo segundo es que yo vaya por él a la tercera ciudad y le consiga unas telas que quiere. Por lo visto el tema de las telas es delicado, no abundan mucho y las traen de ultramar, por lo que conseguirlas es peor que ir de rebajas el día que empiezan, hay que estar ahí de antemano, preparada para comprarlas antes que los otros interesados, si va él no podrá terminar los disfraces, pero si se las compro yo él podrá seguir trabajando sin perder tiempo y los dos obtendremos lo que queremos. No me parece un mal trato. Así que le pago de antemano el trabajo y le doy las medidas de los niños que las tengo frescas, él por su parte me da el dinero de las telas. Ahora tengo que organizarme y descubrir cómo llegar a mi destino, creo que hoy lo de mazmorrear no podrá ser.
Bien, ¡manos a la obra! Tengo que conseguir llegar a la tercera ciudad, hacer algo de dinero y volver a tiempo para ir a buscar a los niños. Volver no es problema por el tema de la chimenea, pero ir…
De vuelta a Asterisco, espero que no empiece a cobrar por la información… El día que lo haga será el hombre más rico del juego.
Lo pillo por los pelos, está cargando su carreta y me comenta que se va para la tercera ciudad, cuando le digo que yo también tengo que ir para allá me ofrece llevarme a cambio de protección ¡Es perfecto! ¡Mi suerte está cambiando! Hasta que me dice que la tercera ciudad está a casi un día de distancia en carreta, si no paramos podemos tardar 22 horas en llegar.
No puedo estar tantas horas seguidas dentro del juego. Tengo que recoger a los niños en… (mirando el reloj de la torre) dos horas, dos horas y media más para llevarlos al cole y una hora y media para volver a recogerlos… A no ser que… Bueno, es por el bien de los niños.
Le comento a Asterisco que tardaré un ratito en volver, pero me iré con él a la tercera ciudad. Que me espere, que arreglo unos asuntos de fuera y vuelvo enseguida.
Una vez fuera, me alejo del ruido del pabellón y llamo a mi cuñada con voz de no encontrarme nada bien, le cuento que estoy con la presión por los suelos y necesito ir al médico, que si puede hacerse cargo de los niños hasta que su hermano termine a las 19h y pase a recogerlos… Como era de esperar, acepta sin problemas y me dice que la mantenga al tanto, pero le he dicho que depende de lo que me diga el doctor me iré a casa a descansar.
Después de llamar a mi cuñada llamo a mi marido y le pongo la misma excusa, le digo que cuando salga del doctor lo llamaré y lo informaré, pero seguramente iré a acostarme y descansar. Lo he notado un poco preocupado, así que me he sentido mal contándole esa mentirijilla, pero sino no podré llegar a todo y los niños tendrán problemas en la función por mi culpa.
Vuelvo a entrar y le comentó a Asterisco que tendré que salir a llamar dentro de seis horas, o que es lo mismo, dentro de una hora y media fuera del juego. Él me dice que aprovecharemos para hacer el cambio de caballos y hacer nuestras cosas. Sin problemas, ¡Allá vamos!
Salgo del juego otra vez y me apresuro en ir a casa para apurar la hora de salida, creo que con ese tiempo Asterisco podrá prepararse de sobra para el viaje. En casa deshago la cama, pongo un par de tazas sucias en la mesita y un plato con migajas de pan. ¡A la plataforma!
¡En marcha! Subimos a la carreta para emprender un viaje de 22h. Esto va a ser eternísimo, si cuando haces viajes en coche de varias horas ya se hace pesado, esto hasta me da miedo. Encima el asiento de la carreta no es precisamente ergonómico, ni blando, ni cómodo, ni nada. En fin, ¡A la aventura! Supongo que es mejor que ir a pie, así que hay que aprovechar.
Para amenizar el trayecto, Asterisco, empieza a hacerme preguntas sobre mi vida argumentando “Ahora que somos del mismo clan tenemos que conocernos mejor”, como si al ser del clan fuéramos de la misma familia o algo parecido. Bueno, conocer a gente era parte del objetivo por lo que le respondo y hago lo mismo con él.
Resulta que tiene 24 años y siempre ha estado enganchado a los videojuegos. Tal y como veo las cosas el dato no me extraña ni un pelo… Ya sospechaba yo que era un gamer de esos… En fin, resulta que al entrar en una plataforma de prueba se le fue el santo al cielo y por aquel entonces nadie sabía lo del desfase temporal de 4 a 1, y además el reloj de la plaza del pueblo aún no existía, de manera que un día se le acercaron para pedirle que saliera, ya que al parecer la plataforma donde había entrado hacía ya 5 días que estaba ocupada por él de forma ininterrumpida, y el evento en ese pabellón se terminaba y tenían que moverlo de ciudad.
Él, desconocedor de quien era la persona que había venido a hablarle, le contestó que para qué salir si fuera toda su vida era un muermo, nadie lo iba a echar en falta y nadie le esperaba, aquí era más libre que en ningún lugar y ansiaba por ir a explorar y construir este mundo nuevo. ¿Y con la simple pregunta de… “Quieres quedarte a vivir en el D.H.?” y un “Sí, ¡Por supuesto!”, descubrió que aquella mujer era Darzee, la Señora de los Dones. La diosa se le presentó como tal y se quitó un pendiente que llevaba en forma de violín, mientras lo alejaba de su oreja se agrandó y cuando tuvo un tamaño normal empezó a tocar.
Junto con la música, una casa empezó a construirse sola, y no solo la casa, el terreno en donde estaba empezó a deformarse y moldearse de manera que se allanó y una especie de polvillo cayó del cielo. La diosa había construido la zona residencial y la había protegido con un hechizo para que los monstruos no pudieran dañarla. Le ofreció entonces la primera casa del juego, creando así el housing en el D.H. Estaba super orgulloso mientras me lo explicaba.
De manera que Asterisco es el primer jugador residente del D.H., pero no residente porque tenga casa, sino porque vive allí dentro y no sale nunca. Es más, de hecho, me explica que él no lleva el pinganillo para desconectarse, no está vinculado aquí por ninguna plataforma, el sencillamente vive aquí todas las horas y todos los días. No sale para nada, ha dejado el otro mundo atrás.
En parte me entristece por su familia, pero me dice que de vez en cuando les manda alguna carta con En-viado y les ha dicho que si entran al juego vayan a verlo, así que si quieren pueden estar en contacto. Me ha dejado alucinada.
Una cosa es evadirse y pasar el rato aquí dentro, que sí, tiene sus partes buenas, pero abandonarlo todo y mudarse aquí dentro, en un juego, me ha parecido un poco fuerte. Él dice que este mundo solo tiene la apariencia de un juego, pero no lo es, que lo presentan así para que la gente no se asuste. Pero en realidad cada vez que entro en la plataforma me teletransporto por completo a un mundo aparte.
En parte es un poco lo que sospechaba Elorzal y eso quizás explica porque tengo el sueño y el hambre tan raros estos días, y porque los días de mazmorras me duele el cuerpo como si me hubiesen pegado una paliza. También explicaría porque él sigue vivo después de 5 días enteros sin salir…
Y mientras pienso en eso de que me he teletransportado y que estoy en otro planeta… Asterisco hace un alto en el camino. Con la conversación no estaba prestando atención al camino, parece que nos hemos desviado y hemos ido a parar a una casa en medio de la nada.
—No podemos hacer que los caballos estén tirando del carro durante 22h seguidas y tú no tienes otros, así que necesito otro juego más, aparte del que ya tengo de recambio.
¿¡Juego de caballos de recambio!? No entiendo nada, si un caballo cuesta 10MP, tener seis cuesta... Definitivamente a este chico le sobra el dinero… Bajo del carro y voy tras él, estirar las piernas y no pensar en dinero me irá bien.
Es una casa normal, pero detrás se pueden ver varios cobertizos, cercos, establos y cuanto más caminamos más me parece estar en una granja. Veo cerdos, perros, vacas, caballos, osos, lobos… (ups, esto me recuerda mi cena con el hombre lobo). Y precisamente de lobos va el tema, porque una enorme loba albina ha saltado en frente de nosotros y por sus colmillos parece que no quiere que continuemos.
Vaya momento para dejarme el escudo y la espada en el carro. Sasha, tienes que aprender que en este mundo siempre hay que estar alerta. Y mientras voy dando pequeños pasitos hacia atrás, veo a Asterisco que los hace hacia adelante, hasta ponerse cara a cara con la loba y decirle:
—Soy Asterisco, he venido a por los caballos, por favor, retira a tu familiar que mi compañera está a punto de mearse encima.
Si que estaba asustada, pero no como para hacerme pis.
El caso es que la loba ha dejado de gruñir y ha dado media vuelta con un gesto como de… Seguidme.
—¡Vamos Sasha! ya no hay peligro, la dueña ya está advertida y enseguida vendrá a nosotros. Oh tranquila, tu calladita, aprende, y ya te contaré después en el carro que tendremos mucho tiempo para hablar.
En parte lo de calladita y aprende me ha ofendido, pero tiene razón, con ese monstruo cerca mejor no liarla.
Al rato, ha aparecido una chica montada en un jabalí. Cuando ha desmontado, ha saludado a Asterisco como quien ve a un viejo amigo, y a mí me ha mirado con desconfianza, así que he dado un paso atrás para no causar problemas.
Después de una breve charla, han hecho un intercambio, ella le ha dado dos bolas del tamaño de una pelota de tenis, que se ha sacado de un cinturón, y él le ha pagado. Lástima, pero no he podido ver cuanto. Además, después de cerrar el trato con la mano, la chica parece que le ha dado un encargo a Asterisco, dándole un papel con una lista de cosas. Después de despedirse, la chica ha hecho un gesto con la mano, y la loba se ha acercado a nosotros para “guiarnos a la salida”.