Capítulo 1: Un nuevo mundo.

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Capítulo 1

Un nuevo mundo

Sábado 8 de octubre

Hoy he llevado a mi hijo mayor, Adam, de dieciséis años, a una gamefiesta, y encima de hacerle de taxista me ha pedido que probara un juego de realidad virtual, seguro que para ver mis reacciones al jugar y grabarme con el móvil. Para mostrarle que no tengo nada de qué avergonzarme me he subido a una de esas plataformas y me he puesto todos los artilugios que me han dado.

Jamás había visto algo así, lo primero es la creación de un AVATAR, así que después de un buen rato haciendo pruebas, me he hecho joven y guapa, ya puestos, más guapa de lo que era de joven, con una larga melena pelirroja.  Para el nombre del personaje no me he complicado mucho y he elegido el nombre de SASHA.

Al entrar por fin al juego he aparecido en lo que creo que llaman la “zona de entrada”. He aparecido con una ropa horrenda; una camisa, pantalones y zapatos toscos que casi eran harapientos. Pero a todo eso, con una cinturita de ensueño, quien la tuviera…

Enfrente de mí, un chico con su nombre encima del cabeza escrito, Albert el tutorial. Un joven muy majo que me ha aconsejado dirigirme al este, para realizar las “maquetas” y así aprender un poco como va esto. ¿Pero dónde demonios está el Este?

Parece que acerté la dirección, pero al llegar, “Albert el tutorial” ya estaba allí.

Había muchas “maquetas” para elegir, así que empecé por la de manejo de la espada. No fue tan bonito como esperaba. Tuve que enfrentarme a monstruos nada amigables y entendí que este mundo no era para vivirlo en paz. Aquí, si no te defiendes parece que van a por ti, también entendí que razonar no es posible, así que salí de allí como pude. No sé si es un juego apto para menores…

Qué cansancio…Tenia el corazón a mil. Qué dolor… Al salir note todas las heridas del combate como si fuesen cortes de cuchillo de cocina. Entonces alguien me hablo y me hizo una recomendación. Al parecer, si no quiero que me duela, lo mejor es evitar que me peguen… Qué sabio… En fin, me dijeron que, para prevenir los golpes, o la mayoría de ellos, lo mejor sería aprender a utilizar un escudo, así que realice su “maqueta”. Al parecer, estos escenarios son para enseñar a la gente a manejar las armas y de demás armamento y armaduras. El uso del escudo, mejoró significativamente el no recibir golpes, pero no salí de allí ilesa, es más, más bien salí medio muerta, con tantas heridas que parecía que venía de un accidente de tráfico. El mismo chico de antes me ofreció una poción y me dio la sensación de que quería flirtear conmigo ¡Qué recuerdos de juventud!, ¡Cuánto tiempo sin que eso sucediese!  Y entonces, de golpe me vino a la mente, tengo un cuerpo de veinteañera y él también tiene un físico perfecto, eso es porque se ha hecho así el avatar, al igual que… ¡Dios mío! ¡Ese chico podía ser cualquiera de los que estaban fuera! ¡Podría ser incluso mi propio hijo!  Me saque el auricular de la oreja y me desconecte al momento. Al regresar seguía en la plataforma y mi hijo me miraba desde fuera mientras jugaba, móvil en mano como sospechaba, menos mal que no era el que me tiraba los tejos.

No me lo puedo creer, ¿Solo han pasado cinco minutos? Ahora entiendo porque mi hijo está siempre enganchado a los videojuegos, cinco minutos más dan para mucho. Antes de volver al juego le pregunté sutilmente que nombre se había puesto en el juego, para reconocerlo si me lo encontraba, pero me hice la loca cuando me preguntó el mío y quedé con él en la zona de inicio para vernos. Menuda vergüenza si ve como me he hecho, creerá que me creo una jovenzuela. Acudí al lugar y, aprovechando el barullo de la gente en esa zona, lo localicé y lo observé desde lejos, no me acerque a él, de esta forma tenía la ventaja del anonimato y podía ver qué tal se comporta. Por ahora me parece todo demasiado realista para dejarlo muy suelto por este mundo, y quiero asegurarme de las compañías que tiene y de su bienestar. Espiarlo, sí, pero al fin y al cabo soy su madre, en nuestro idioma, espiar se llama vigilar. Este juego aún está bajo sospecha de aprobación.

Al salir argumente desorientación y desaprobación del juego, así que lo presione para regresar a casa. Tengo muchas cosas que pensar sobre este nuevo descubrimiento.

Un lugar donde nadie te conoce, donde puedes ir a donde quieras y donde una se ve más que estupenda. Esa noche no pude dormir, de la emoción, pensando en la libertad que aquello me brindaba para poder ser una persona nueva. Tampoco pude dormir por el dolor de las magulladuras y heridas, que, a pesar de no tenerlas al salir del juego, seguía sintiendo en mis huesos ¡Menudo es el poder de la mente sobre el cuerpo! Ya podría ser tan efectivo para adelgazar…

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