Capítulo 19: Un corazón vacio.

1 0 0

Capítulo 19

Un corazón vacío

Miércoles 27 de octubre

Por la mañana me despierta un ¡¡¡Crash!!!!, como si un pesado cristal hubiera caído al suelo y se hubiera roto en mil pedazos.

Salgo inmediatamente de la cama en busca del responsable, y lo encuentro cuando llego al comedor, donde me encuentro todo un percal. Parece que Adam ha estado estudiando en la mesa del comedor, pero ahora estaba agachado en el suelo recogiendo los pedazos de la tele… Sí, ese sagrado electrodoméstico que hay que tener en todas las casas, sobre todo cuando hay niños.

 

—Pero ¿¡qué ha pasado aquí!? Creía que te ibas a tomar los estudios en serio. ¡Ver la tele mientras estudias no funciona!

 

—Mama, te lo juro yo no he sido. No estaba mirando la tele, solo he venido aquí para no sentirme tan encerrado y agobiado. Estaba aprovechando el tiempo.

 

—¿Está muy rota?

 

—Ya te digo, con la hostia que se ha metido, esta para tirarla a la basura.

 

—Pero ¿cómo ha pasado esto? ¡Madre mía! Si tu padre se entera que has roto la tele…

 

—¡EH! que ya te he dicho que yo no he sido.

 

—Pues tú me explicaras… Hace once años que la tele está ahí sin caerse, ni siquiera cuando yo la limpio. 

 

—Mira mamá, pensarás que estoy loco o que el juego me está afectando, pero te juro que no es nada de eso. Estaba estudiando mientras desayunaba, cuando de pronto, ha entrado un mapache vestido de sirvienta, con la cofia y todo. Cuando esta se ha dado cuenta de que yo estaba aquí, ha alucinado, se ha asustado y ha empezado a limpiar muy rápido, rapidísimo, casi no podía verla. Entonces, no sé cómo, ha tirado la tele al suelo con un plumero en la mano. Todo lo que yo he hecho ha sido acercarme corriendo a ver si estaba rota, pero cuando he llegado a ella, él o ella, se ha ido corriendo hacia la cocina. Se que no vas a creerme, pero te juro que es la verdad.

 

—Lo que nos faltaba. ¿No hacen partido esta noche o mañana? Tu padre querrá verlo… tenemos que solucionar esto.

 

—¿Qué tal si compramos una tele nueva?, como tú has dicho, está ya tiene once años.

 

—¿Pero tú te crees que el dinero crece en los árboles?

 

Me voy enfadada hacia la cocina, llamando al mapache para que aparezca.

 

—Uñi. Pache ta qui preeeeeparando almuercho.

 

—¿Pero qué demonios has hecho, has roto la tele?

 

—¿Quéeeee… tele? ¡Oh! No, no, no. No tele, eche cuadro negro mu feo. Mucha chuchedad detrás. Ahora mucho ma espachio. Poder poneer cuadro pintado de coloresh y no negro. Negro mu feo, mu aburrido.

 

—¡Eso no era un cuadro! era una tele. ¡Solo es negra cuando está apagada!

 

—¡Pshh!… ¡buu! una tele… que aburrido…

 

Y entonces llaman a la puerta, no al telefonillo del portal, sino a la puerta de casa directamente. Voy para allá esperando que no sea algún vecino que ha oído el ruido y se ha asustado. Pero Adam se me adelanta y abre la puerta.

 

—Entrecha eshpechial para tanke mama. Instrucciones en el interior.

 

—¡Mamá! Hay un mapache en la puerta… Te juro que no me he tomado nada, son los mapaches del pabellón. ¿Has pedido otra plataforma?

 

—Que entre, corre, que no lo vean los vecinos

 

—Oh Tanke mama! Aquí tiene, ponga dedo aquí para rechibir material de michión.

 

Me quedo un poco parada, no me esperaba esto, además con Adam mirando, así que pongo el pulgar para firmar con el pinchazo ese de sangre.

 

—OOKEY. Aquí tienesh, el pago por adelantado. Inshtucchiones en el interior. BYE.

 

Y después de dejarme un saquito de monedas, sale por la puerta y el mismo la cierra tras de sí. Es lo que la Señora aquella nos dijo, la mitad por adelantado, así que tengo 50 MP en mis manos.

 

—Mamá… ahí hay mucho dinero. Quizás sí podemos comprar una tele nueva. ¿Y por qué el mapache te ha llamado Tanke mama?, ¿y qué es eso de una misión?

 

Sus preguntas me sacan del trance del dinero.

 

—Todas esas preguntas más tarde, ahora hay que solucionar lo de la tele sin que no lo vean los niños. 

 

Pero mientras yo le voy hablando, él estaba abriendo la caja.

 

—Mamá, aquí hay una armadura, un escudo, pociones, ¡una espada de verdad! y pergaminos. ¡Ah no! espera, hay algo más, un billete de avión… 

 

—¿Cómo que un billete de avión?

 

—Sí, para hoy, destino Lyon. ¿Eso no está en Francia? Mamá, creo que me debes una explicación.

 

¡Madre mía! Ahora que lo recuerdo, las chicas me dijeron que eran francesas, pero como en el juego nos entendemos por el traductor universal, no me acordaba. Y claro, si tenemos que ir a por la Furia y a por su prima, tendré que ir allí. Esto es un problema, está fuera de los cálculos, no puedo irme de viaje en avión a Francia, pero tampoco puedo dejar a mis amigas en la estacada, sobre todo en un asunto tan importante donde está en juego la vida de personas.

 

Cojo a Adam por los hombros y le digo:

 

—Hijo, es hora de que madures y te comportes como un adulto. Tu madre tiene una misión, hay vidas en juego y necesito que te quedes aquí, gestionando la casa.

 

—¿Qué? ¿Te vas a Lyon?, ¿Sin decirme nada más y con la tele rota?

 

—Mira, tú ya sabes que en el juego hay demonios, pero lo que no sabes, tú y la mayoría de ellos jugadores, es que esos demonios también pueden estar en el mundo real. Yo me acabo de enterar porque una compañera de party ha tenido problemas con uno recientemente. El demonio la acecha en su casa, en Francia, y no quiere echarle una maldición, no, lo que quiere es matarla. En este mundo está desarmada y si la Furia la atrapa puede morir de verdad porque aquí no se revive. Tengo que coger ese avión, destruir al demonio y salvar a mi compañera. ¿Lo entiendes?

 

—Me dejas sin palabras… me habías dicho que estabas jugando para supervisar y cultivar patatas, ahora me dices que tienes una party, que te vas a cazar un demonio en la vida real y que me dejas aquí con el marrón de la tele rota…

 

—Empecé con esa intención, pero mientras investigaba una cosa llevo a la otra… Estaba bien, te lo contaré todo, pero ahora tenemos otra prioridad ¿A qué hora es el vuelo?

 

—A las 14:30.

 

—Puedo llegar a todo. Está bien, este es el plan. Tú deshazte de la televisión rota y busca con el móvil una nueva para comprar. Yo preparo a los niños y nos vamos al colegio. ¿Hoy tienes algún examen?

 

—Pues no, pero mañana sí.

 

—Pues hoy no vas a clase.

 

—¡¿Qué?!

 

—Lo que digo, nos vamos como de costumbre en el coche a dejar a los niños, después nos vamos a comprar una tele para que tu padre pueda ver el partido y te llevo a casa, una vez aquí la montas, la sintonizas y todo eso para que esta noche esté en funcionamiento. 

 

—¿Y cuándo pregunte por la tele vieja?

 

—Pues le dices que se ha roto, que se le ha quemado algo con una bajada de luz y la han dado por muerta, que yo se lo explicaré todo cuando vuelva.

 

—Pero qué dices, si le digo eso querrá ver la tele vieja para confirmarlo o si más no para apañarla. Te recuerdo que es mecánico y le gusta reparar cosas…

 

—Si, ya lo sé cariño, pero ahora mismo no se me ocurre nada más que eso o decirle que has sido tú. Se adulto, aguanta el tipo y asume el destrozo, después le dices que has comprado la nueva con tus ahorros y algo de dinero que te he dejado yo.

 

—Pero, eso no está bien Mama, yo no he sido, se va a enfadar conmigo.

 

—Hijo, se más maduro. Los accidentes pasan, se va a disgustar, pero seguro que la tele nueva lo compensa. Toma, aquí tienes, 2MP para que cargues con la culpa.

 

—Vale. Así la cosa cambia. Me inventaré alguna excusa. ¿Qué presupuesto tenemos para la tele nueva? ahí tienes un montón de monedas.

 

—No te pases con el precio, que si no va a sospechar demasiado y preguntará de dónde ha salido el dinero.

 

—Espera, entonces ¿tú te vas a Lyon? ¿Y qué hay de los niños?

 

—Te vas a tener que encargar tú. Los recoges y los llevas a casa en el bus, eso les gustará. Les haces macarrones y hoy cuidas de tus hermanos pequeños.

 

—Pufff, no sé yo si…

 

—Toma otra moneda para hacer de canguro. Y ya no vas a conseguir ninguna más.

 

—Y entonces, para que me quede claro mama, ¿te vas con tu party a cazar un demonio en el mundo real?

 

—A cazar no. Voy a purificarlo y a encontrar a la persona que lo ha convocado para que la historia no se repita. Comprende que tengo que ir, yo soy su tanke, sin mi están indefensas.

 

—¡Guau! Acabas de ascender a mi nuevo ídolo.

 

—Gracias hijo, eso me da fuerzas. Venga, manos a la obra, pongamos en marcha el plan.

 

Todo va según lo previsto, aunque al final Adam se ha emocionado con la tele... ¡Es monstruosa y monstruosamente cara! Pero cuando una es madre de tres hijos, hace malabares con los presupuestos…

Como el Black Friday está a la vuelta de la esquina y entonces las cosas son más baratas, he tenido una idea. Nos hemos llevado la tele y, como te dan 15 días para poder devolver los productos, usamos esta con cuidado de no perder ni un plastiquito, la devolvemos ese día, y entonces la compramos con el descuento del Black Friday. Así salimos del paso y no nos va a costar tanto la tele. Además, a mí también me gusta y ahora que tengo dinero, nos lo podemos permitir.

 

No sé qué llevarme para el viaje, así que me voy con lo puesto, la cartera y las monedas de plata. También me llevo la caja, la cual, lleva instrucciones en su interior como decía el mapache. Resulta que la caja tiene unas runas que se pueden activar y le dan diferentes propiedades, como aparentar ser una maleta por un hechizo de ilusión, que no pite en el detector de metales, y el más útil, que no pese, levita. Menos mal, porque como me vean pasando una espada por el aeropuerto me encierran de por vida. Han pensado en todo. Ahora espero que funcione o no sé cómo saldré de esta.

 

—Oye mamá. Cuando papá pregunte por ti, ¿qué le digo?

 

—MMMm… pues dile la verdad hijo. Que mamá ha tenido una urgencia y ha tenido que volar a Francia. Qué has descubierto que llevo una doble vida y que cuando regrese voy a explicárselo todo.

 

—¿Como si fueras un agente secreto?, ¿¡Una espía!?, Espera, ¿qué quieres decir con contárselo todo?

 

—Pues que tu padre no se merece que le estemos ocultando todo esto. Él trabaja muy duro para mantenernos y está todo el día fuera de casa. Quizás sea hora de que él descanse y que sea tu madre la que traiga el pan a casa.

 

» Un beso hijo. Y suerte. Si te ves abrumado dile la verdad y yo hablaré con él a mi regreso.

 

—Pero regresa, ¿vale? Es decir, lo que vas a hacer es peligroso, podría pasarte algo.

 

—Sí, pero también podría tener un accidente de coche. Estate tranquilo hijo, tu madre ha estado practicando, llevo armadura y escudo. Estoy preparada para esto, ya no soy una Noob.

 

Estoy nerviosa, me siento como un soldado que se embarca para ir a la guerra. Además, es mi primera vez viajando en avión. ¡Hay madre mía! Si no sé nada de francés, ¿¡Cómo me las apañare!?, ¿¡cómo me entenderé con las niñas!?, ¿¡dónde encuentro a las niñas!? ¡Ay, ay, ay! Me he precipitado, me he lanzado a la piscina… Bueno, ahora ya es tarde, ya estoy sentada en el avión. Supongo que esto es a lo que se le llama salir de tu área de confort. En fin, qué demonios, ¡a la aventura! Así tendré algo que contarle a Adam cuando llegue.

 

Menos mal que en estos vuelos entre países hay azafatas que hablan los dos idiomas y he sabido dónde ir a recoger la “maleta”. De camino allí una sorpresa. Al igual que en las películas americanas, una persona con gabardina y sombrero, me espera en la salida con un cartelito que pone “Tanke Mama”. Esa soy yo, han venido a recogerme, menos mal.

 

—¿Tanke mama? Por favooor… coger caja y chalir rápido, Taxi nosh espera.

 

¡Oh dios mío!  Fijándome mejor… son dos mapaches, uno encima de otro disfrazados .

 

Subo al taxi, pero no hay un taxista esperando, son los propios mapaches los que ponen en marcha el vehículo. ¿Pero cómo es posible que conduzcan? ¡Si no llegan a los pedales! Pero tengo otras preocupaciones, como sujetarme fuerte para no golpearme e intentar no vomitar. Los mapaches ¡No saben conducir!.

 

—¡¡¡Estáis locos!!! ¡Nos hemos saltado por lo menos tres semáforos, he visto una dirección prohibida y seguro que hemos pasado el límite de velocidad!

 

—¡Fin trayectoooo! A pagar.

 

—¡Pero será posible!, ¡Sois unos chupasangre!

 

Miro el taxímetro y saco dinero para pagarle. Vaya cara de tonta se me ha quedado cuando al ponerle el dinero en la mano la ha girado y lo ha dejado caer.

 

—Puag. Pache no achepta chatarra, cholo monedash.

 

—¿En serio?, solo llevo monedas de plata, tienes para darme camb...

 

—Perfechfecto. Echo chirbe. ¡Pache se va! Bye

 

¡Menudo ladrón! Me ha ventilado una moneda de plata.

 

En fin, aquí estoy, con mi caja camuflada de maleta, delante de una casa de esas de adosados en lo que parece un barrio residencial. Espero que sea esta puerta o el mapache me va a escuchar de verdad.

 

Llamo a la puerta y ¡oh! ¡sorpresa! Me abre una mujer mayor. Y entonces caigo en que no sé qué aspecto tienen las niñas, yo aquí tengo la apariencia de madre de cincuenta y tres años, esta señora debe de ser su madre y yo además de no hablar francés no conozco ni el nombre ni el aspecto real de las niñas. ¿Cómo le explico a esta señora quién soy? ¿Cómo voy a decirle que he venido a ver a sus hijas de dieciséis años a las que he conocido en un juego en línea? ¿¡Qué va a pensar de mí!? ¿Y si llama a la policía?,¿Cómo explico lo de la maleta?

 

Por fortuna, no ha pasado mucho tiempo desde que me he quedado petrificada en la puerta, cuando ha aparecido una adolescente no muy alta, delga y fina, de tez muy blanca, muy rubia, con el pelo largo recogido en un lado con una trenza, y unos ojos verdes preciosos que parecen los de un gato. Se ha puesto detrás su madre sonriendo de oreja a oreja y después de decirle algo a la señora, que presupongo que es su madre, la mujer me saluda tímidamente y me deja paso a la joven.

 

—¿Sasha?

 

—¿Elorzal?, ¿Azalea?

 

—Azalea. —Con una sonrisa en la cara me invita a seguirla haciendo señas con las manos.

 

Una vez dentro de la casa, me ha dado un abrazo y me ha tirado de la mano invitándome a subir al piso de arriba. He imaginado que me quería llevar hacia su habitación en el primer piso. No sé qué excusa le habrá dado a su madre para entrar a una persona adulta como yo en su cuarto.

 

Y sí, son gemelas, como dos gotas de agua. Después de un segundo vistazo puedo reconocer quién es quién gracias a dos mechas violeta que Elorzal lleva en su pelo, trenzado en el otro lado, y, además, su constitución es más fuerte que la de su hermana y tiene más curvas.

 

Alegría, abrazos y besos, pero sigo sin entender nada. Supongo que con las caras que he ido poniendo se han dado cuenta y enseguida han ido a por un pergamino en una caja muy parecida a la mía. Después de un momento ¡Zas! El pergamino ha lanzado un hechizo de área y de pronto las entiendo. El hechizo se llama hablar idioma, ¡Menudo Invento! Ahora sí, puedo hablar con ellas con tranquilidad y eso me relaja un poco los nervios de todo esto.

 

Después de ponernos al día sobre lo que habían averiguado mientras yo ordenaba las cosas en casa y hacía el viaje, nos echamos unas risas comentando cómo nos imaginábamos respectivamente. Y ha sido muy refrescante y calmante.

 

He quedado muy sorprendida al enterarme que los padres de ellas, a los que yo siempre he considerado demasiado relajados… , saben casi toda la historia. La parte del demonio mortal no, pero que su prima está en un lío sí, y saben todo lo que hay en el juego. Al parecer, los dos padres tienen sus propias plataformas y han estado de acuerdo en que dejen sus estudios aquí fuera y continúen aprendiendo en la academia de magia como residentes. No comparto para nada sus ideas, pero al menos sé que no les están ocultado nada a sus padres y están haciendo las cosas correctamente.

 

Cuando iba a preguntarles porque no querían continuar estudiando, ha sonado el timbre y Elorzal ha salido a ver. Entonces Azalea ha empezado con las risitas y me he imaginado quién era el nuevo visitante. Me siento rejuvenecida de nuevo, que recuerdos, que sensación más viva.

 

Pues sí que es un guaperas, no me lo imaginaba para nada así. ¡Qué sorpresa con Tom! Estoy acostumbrada a los chiquillos de dieciséis por Adam y sus amigos, pero, aunque este feo decirlo, ninguno le hace sombra, la niña sabe escoger. Aunque mi hijo está pasando por una mala época… ya se sabe que los chicos cambian mucho cuando paran de crecer… Y el mío es muy alto, más que Tom. Además, siempre ha sido muy guapo, seguro que cuando acabe de estirarse la sombra se la hará el Tom a él.

 

Como yo aún no he comido, hemos decidido ir a un McDonald’s, pero antes de irnos tenemos que equiparnos y trazar un plan.

 

Elorzal está muy nerviosa y no quiere que Tom este cerca para que no lo ataque a él. Pero él no quiere dejarla sola porque está muy preocupado y enamorado. ¡Cómo han tardado tanto en darse cuenta! Si se ve a kilómetros …

Azalea, por su parte, cree que no es bueno descartar del todo a Tom, ya que puede ayudar mucho sin estar expuesto y él es el centro de todo. Al final acordamos que Tom se encargará de gestionar y vigilar, pero bajo ningún concepto puede intervenir en la pelea.

 

Cuando me relata su experiencia con la Furia, las dos hermanas están temblando, esto es serio, nunca había visto a Elorzal tan asustada, incluso entre los brazos de Tom. Me enseña como la atacó, pero no puedo ver las cicatrices del ataque porque han desaparecido al tomarse una poción.

 

Luego me muestran sus cajas y el armario de emergencia. Aunque el contenido de las cajas es diferente, sigue siendo equipo que ellas llevarían en el juego, además de un montón de pociones y pergaminos, además de una nota con cosas que ellas han ido tachando. Aya les ha mandado un En-viado, explicándoles que en los pabellones hay laboratorios de alquimia de donde pueden conseguir cosas extra, pero, que no olviden la factura para reclamar el dinero después.

 

Luego Tom se ha ido para encontrar lo que nos haga falta y poder disfrazarnos sin llamar la atención con el equipamiento. Se ha ido sin besito porque le da vergüenza conmigo delante. ¡Qué monada!

 

El plan es simple, vamos a usar a Elorzal de señuelo.

Cuando la furia le ataque nosotras la protegemos, y cuando huya, la seguimos hasta su guarida. Esto nos llevará a su convocadora, la cual esperemos que no sea Verónica.

 

Cuando llega Tom nos equipamos y camuflamos las cosas con lo que nos ha traído. Gracias a la gabardina puedo esconder la armadura, la espada y el escudo. Menos mal que es otoño, porque sino me vería demasiado extraña.

¡A comer! Aunque sea comida chatarra, para que la Furia ataque, tenemos que dejar a Elorzal sola por la calle, así que nosotros la seguimos unos cuantos metros atrás. Por si de caso, lleva el móvil con una videollamada de WhatsApp, para que nosotras podamos vigilarla todo momento. He pasado de soldado que se va a la guerra, a agente secreto paranoica que ve y escucha ruidos en todos los setos del camino. Además, voy incomoda. Es la primera vez que llevo esta armadura y aquí fuera, no es que esta gorda, he adelgazado últimamente, pero no tengo la cinturita de ensueño que tengo dentro, así que estoy un poco comprimida.

Nada, ni rastro de la Furia. Creemos que aún es demasiado de día para que ataque, seguro que más a la noche aparece.

Cuando llegamos al restaurante nos sentamos los cuatro en la misma mesa, no queremos que ataque aquí, aunque en la cafetería del juego no tuvo reparos en atacar en medio de la multitud. Mientras comemos me hacen un montón de preguntas personales, y cuando llegamos a Adam me piden fotos. Ha sido divertido verlas y enseñar las fotos de los niños sin que estos estén todo el rato quejándose de ello. Estoy contenta, a Azalea le ha parecido mono. No sé cómo, pero esto ha llevado a porque le oculto el echo del juego a mi marido y les he contado que después de esto he pensado en contárselo todo. Incluso he pensado en decirle a mi hijo mi Nick, por si me necesita dentro, a lo que ellas han estado muy de acuerdo e incluso Tom se ha ofrecido en compartir sus Nicks con él para ayudarlo en caso de que sea necesario.

¡Qué suerte hemos tenido! El tema de conocernos en persona a salido perfecto, pero cuando lo pienso podría haber salido fatal. Al final, sin quererlo, le he hecho un interrogatorio de madre a Tom, pero el chico ha respondido a todo sin tapujos. Como me advirtió Azalea, él dice que cuando sea mayor lo que quiere ser es rico. Realmente el niño es un espabilado y de tonto no tiene nada. Cuando le he preguntado porque no es modelo con su apariencia, me ha dejado de piedra. No quiere que aprovechen su imagen, que el día de mañana ha de representarlo, en asuntos que por lagunas legales podrían llegar a dañarlo. Normal, lo que se dice normal, el chico no es. Entiendo lo que quería decir Elorzal con lo de que su cerebro funciona de forma diferente. Lo de ser rico no lo dice por decir, parece que ese es su objetivo y tiene hasta un plan para conseguirlo. Tiene cita con la Señora de la Pesadilla eterna el próximo lunes B.

Y así va pasando el tiempo, charlando y conociéndonos más. No le quiero ningún mal a la pobre Elorzal, pero a ver si el bichejo este se presenta pronto, porque no querría venir a Francia sólo para comer una hamburguesa…

Al final, como sería raro que Elorzal paseara asolas con tres personas tras ella siguiéndola, ponemos a Tom con ella en una cita para que sea más tentadora la cosa. Y sí, el señuelo ha dado resultado. Parece que estos monstruos son bastante simples.

Desde detrás de un coche aparcado, ha saltado la Furia para enfrentar a Elorzal. Tom sale corriendo, gritando que no la perdamos de vista. Vaya caballero está hecho, si lo viera mi maestro le explicaría cuatro cosas… Menos mal que Elorzal ya estaba preparada para ello y ha podido esquivar el ataque sin problemas. Azalea inicia el ataque hacia la Furia con un rayo de agua, y yo que ya estaba mentalizada, lanzo el Taunt para que se centre en mí. El que Azalea pueda lanzar rayos de agua, ofusca un poco mi orgullo por haber aprendido cosas nuevas, pero me alegro de tener unas compañeras tan capaces. Mi Taunt falla, por lo visto no sirve con todos los bichos, pero mi orgullo de aprendiz resurge y pruebo las cadenas como me enseño Gatric. Las cadenas ¡¡Funcionan!!, Furia encadenada al suelo.

Esto le da tiempo a Elorzal de alejarse y realizar el hechizo ese de encontrar información, el libra, mientras Azalea la chamusca. Las cadenas no son eternas y el demonio se libera. En ese momento yo aprovecho para propinarle un espadazo y Azalea pronuncia el hechizo de un pergamino. Encima del demonio se ve como dos casillas se iluminan llenando una barrita blanca, igual que si estuviéramos en el juego. Entre los rayos y el corte, la furia se va corriendo como teníamos planeado.

Una moto sale disparada detrás de ella y después de una risotada, Elorzal me cuenta que es Tom, que la seguirá y nos avisará cuando pare. Azalea me dice que me tranquilice, ese chico es más capaz de lo que parece y lo suyo es hacer planes y adaptarlos. Al final resultará un fichaje útil.

Vamos en dirección a casa de Verónica, aunque no sea del todo seguro, Elorzal y Azalea están completamente seguras de que es la responsable. De camino me explican que la barrita que le ha salido encima a la Furia, es su barra de purificación, si cuando esta se completa vuelves a lanzarle otro ataque o hechizo sagrado, la Furia será purificada y desaparecerá.

Bueno, al final no ha habido giro de los acontecimientos. La Furia nos ha llevado a casa de la tal Verónica. Esto tiene muchas formas de acabar mal.

Antes de entrar en acción, Azalea nos lanza otro hechizo de otro pergamino, que nos otorga visión del mundo demoníaco. Los demonios en el mundo real sólo se manifiestan cuando interactúan con alguien, sino se camuflan con el velo que separa los mundos y se vuelven invisibles para nosotros. Con este hechizo, los podemos ver.

Tom se queda apartado a la espera de noticias. Ahora lleva una mochila y parece un explorador de esos de las series americanas…

La hora de la verdad. Las chicas llaman a la puerta y preguntan por Verónica mientras yo me escondo.

—Hola chicas. ¿No es un poco tarde para venir a ver a Verónica?

—Es un asunto escolar urgente. Tenemos una cosa que nos falta y el trabajo es para mañana, así que esta noche nos toca trabajar.

—¡VEROOO, tus primas están aquí! Está arriba, en su habitación estudiando. Pasad.

La tía de las chicas ha dejado la puerta abierta y ha vuelto a la cocina. Menuda suerte, aquí la gente es de los más relajada, ¿será cosa de familia?, ¿o será cuestión de cultura? Bueno, sea como sea, esto es bueno para nosotras porque así puedo colarme a hurtadillas. Me doy cuenta de que el sigilo con la armadura no es muy factible, a pesar de que conseguimos subimos las escaleras hasta su habitación sin descubrirnos. Esta gente es un milagro que estén sanos y a salvo.

Yo iba con la intención de trazar un plan para abordar a la niña, pero Elorzal está cabreada, así que ha entrado directa con un…

—¡Prima!, ¡tenemos que hablar!

La tal Verónica, una chica de piel blanca, rubia, tan fina como Azalea y de ojos azules, está sentada en su escritorio y parece que está estudiando. Me fijo un poco y tienen una retirada, se nota que son primas.

—Hola chicas, ¿qué hacéis aquí a estas horas?, ¿de qué tenemos que hablar? y ¿quién es esa de la armadura?

Entramos y cerramos la puerta. Al cerrar la puerta aparece la Furia, ¡Menudo susto! Esta ha saltado por delante de mí y se ha abalanzado sobre Elorzal.

Mientras retenemos a la Furia y Azalea la purifica, Verónica ha empezado a decir cosas en un idioma extraño y unos círculos y símbolos dibujados en la pared han empezado a brillar.

—¡Es un portal! Hay que evitar que siga hablando o invocará a otro demonio.

Hora del Taunt. ¡Bien! Verónica solo va armada con un cuchillo de cocina, que no es nada contra mi poderosa armadura y mi nuevo escudo, lo malo es que eso no hace que deje de hablar.

De repente, sin saber de dónde, una bola de fuego invade casi toda la habitación. Hay fuego por todos lados y un Imp que ha salido de debajo de la cama. Él es el que ha lanzado la bola de fuego.

Azalea se enfrenta en un combate cara a cara con el Imp. Ella con agua y el Imp con fuego. Yo empujo a Verónica con el escudo y cae al suelo. Elorzal se abalanza sobre ella para taparle la boca mientras le grita.

—¿¡Pero tú estás loca o qué!?, ¡Esto ha ido demasiado lejos! ¡No pienso dejar que sigas con esto!

Pero Verónica no busca dar explicaciones, es más, allí mismo en el suelo, empuña el cuchillo de cocina y se apuñala ella misma en el abdomen.

Todas nos quedamos atónitas, con esa puñalada podría desangrarse y ella ni siquiera ha gritado, ni tan siquiera se ha quejado un poco, ha sido como si no sintiera nada.

—Todas quietas o la próxima puñalada será más crítica.

Un bicharraco grande y feo, imagino que un demonio por sus garras y cuernos malvados, ha salido del armario. Lleva un corazón en la mano y amenaza con estrujarlo.

—Si aprieto este corazón ella morirá. ¡Soltadla!

¿Qué podíamos hacer? En realidad, hemos venido a liberarla, no a matarla. Hasta Elorzal, que está fuera de sus casillas y es la víctima en todo esto, cede ante la demanda del demonio.

Enseguida una suma dos más dos. El demonio sostiene un corazón y Verónica lleva un corte enorme en la camiseta, por el que se deja entrever una herida en la zona del corazón. Este demonio tiene en su mano el corazón de Verónica, es claramente el Alejapenas del que hablaba la señora aquella de las pesadillas…

Al liberarla, Verónica, continúa pronunciando las palabras y el portal se ilumina de nuevo.

—Así que tú eres el bicho horrendo que ha causado todo esto…

—Yo no he causado nada, ella me llamó, yo acudí y le di lo que deseaba. Un corazón sin dolor y una venganza.

Esto no tiene un buen final, si aprieta el corazón, mal asunto, y no creo que la negociación termine antes de que por ese portal aparezca lo que sea que este llamando. Cargo contra el demonio cornudo y le hago un Stun. Calculo que así no podrá apretar el corazón por un rato. Inmediatamente, Elorzal, golpea al demonio para enfrentarlo cara a cara. Azalea y el Imp intercambian un último hechizo de magia, el imp muere y se desvanece, pero su bola de fuego estalla y nos afecta a todas, incluida la habitación, sumando más llamas a las que ya había.

¿Acaso esto puede empeorar? Pues sí, Sasha, para que hablas… Al final Verónica termina el hechizo y por el portal, acude otra Furia. ¡Genial! una más para la fiesta y esta no hace caso a mis Taunts.

Azalea se ensaña con la Furia a rayos de fuego, claro que sí, un poco más de fuego no se va a notar… Elorzal y yo arremetemos contra el demonio de los cuernos mientras podemos, porque pronto emprende una embestida contra Azalea. Ahora tenemos a Verónica con una puñalada en el abdomen y a Azalea con una cornada en la pierna. Ah sí, y Elorzal con arañazos de la Furia que solo arremete ante ella.

Entre este desparpajo de sangre y fuego, como si estuviese en un trance, Verónica dice:

—Vaya, ¿qué está pasando aquí?, la habitación parece que está ardiendo. ¡Oh! Y yo estoy sangrando. Esto pinta mal. —Pero en un tono tranquilo y calmado.

Ay madre mí… esta niña se desangra y ya está viendo la luz al final del túnel.

Para controlar a la Furia le hago unas cadenas, que ya vi antes que funcionaron bien, así no ataca a Elorzal y Azalea puede encargarse de ella. ¡Bien! Mientras controlamos a la Furia, Elorzal, con su magia de telequinesis, consigue arrebatarle el corazón de las manos al demonio.

Algo bueno, ahora entiendo que no podrá controlar a la chiquilla. Sin pensarlo, cargó contra el demonio cornudo, aprovecho para ponerme en medio y bloquearle el camino. Desde primera fila se ve grande y feroz, y aunque sus zarpazos son muy imponentes, mi escudo y armadura aguantan bastante bien, por lo que casi no recibo daños. Vaya, ahora me doy cuenta de que aquí no aparecen las barras de vida y energía sobre la cabeza, así que no sé cómo de apuradas están las chicas. A simple vista parece que bien, porque después de un par de ataques contra mi escudo, ambas se suman a la fiesta y entre todas ponemos al demonio contra las cuerdas, pero hasta que una humareda espesa empieza a hacer el aire irrespirable. Normal, la habitación está ardiendo, se nos acaba el tiempo.

Eliminamos al demonio sin tener tiempo de purificarlo. Dicen que si solo los destruyes no mueren y regresan pasado un tiempo, pero si permanecemos más aquí nos achicharramos.

La zona de la puerta ha sido la más afectada por el fuego, no se puede salir por ahí, de manera que tenemos que saltar por la ventana. »Ánimo Sasha, solo es un primer piso, está chupado, saltar y rodar, recuerda las escaleras de la torre de magia…« Como en la academia, Elorzal y Azalea saltan sin tapujos y caen de pie como los gatos. Verónica y yo… Saltar sí, lo de aterrizar y rodar no ha sido tan fácil. Para mí que me he torcido el tobillo y a Verónica solo le faltaba eso, no se me ha muerto de milagro.

Las llamas empiezan a verse desde la ventana, las sirenas de los bomberos se oyen a los lejos, los padres de Verónica empiezan a gritar por toda la casa. Corazón en mano, Verónica sugiere que estaría bien sacar a sus padres para que no mueran calcinados, pero con una frialdad que da miedo.

Elorzal corre a dentro de la casa para advertir a sus tíos y sacarlos fuera con Verónica, Azalea le da una poción de vida a Verónica para que no se nos muera.

—Niñas, parece que vais a tener que hablar con vuestros tíos y los bomberos para dar explicaciones, y hacerlo con un corazón en la mano… Mejor guardo yo el corazón y mientras tanto desequiparos para no levantar sospechas extrañas. Os dejaré el corazón en casa y me iré, nos vemos en el juego.

Salgo de allí antes de que se convierta aquello en un hervidero de gente. Desde lo lejos veo como los bomberos acuden para extinguir el fuego y todo el caos que se monta, la que hemos liado… Pero bueno, al menos las niñas están bien y hemos terminado con el problema, por el momento…

¿Y ahora qué demonios hago yo con un corazón palpitante en mi mano? Ya sé, llamo a Re-cibido y que lo lleve dentro el juego, ah no, el maldito mapache no transporta cosas vivas y el corazón palpita, está vivo.

Voy hacia casa de las chicas que no está muy lejos de allí, con la esperanza de que el incendio atraiga más la atención que una mujer mayor ataviada con armadura y escudo, el cual es muy útil ahora mismo para esconder el corazón. Y si me preguntan… pues diré que vengo de una convención de esas de “Coldplay”

Vaya, otro problema, tenía la esperanza de al llegar llamar con la excusa de que se me había olvidado algo cuando vine antes, pero veo que su coche no está. Y es normal, sus hijas están involucradas en un incendio, lo normal es que estén allí, con ellas, ahora mismo. Merodeo un poco la casa en busca de alguna puerta y/o ventana abierta. Nada, todo cerrado.

Ya sé, ideaca, rompo un cristal y después dejo una pelota dentro, como si algunos niños la hubiesen roto y hubieran salido corriendo. ¡Crash! Pues qué duros son los cristales de las ventanas estas, he tenido que darle con el canto del escudo para poder romper uno. Mientras entro, rezo para que no tengan alarma, y rezo aún más para que no sea una de esas silenciosas, sino estoy en un apuro.

Me cambio rápido, dejo la armadura en la caja. Para el corazón busco en la cocina algún tupper de cristal, lo pongo dentro de él y lo dejo todo en la habitación, debajo de la cama por si acaso entraran sus padres antes que ellas. Ya solo falta buscar una pelota para cuadrar mi cuartada, pero nada, no encuentro ni una. Bueno, es de suponer, también, que los gamberros han roto el cristal, han recogido la pelota y salido corriendo. Como yo, que salgo a toda prisa con mi maleta camuflada hasta que encuentro un Taxi.

¡Oh! ¡No! No puede ser… ¡El conductor es un mapache!

—Pero ¿qué pasa?, ¿Me estabas esperando o algo?

—Cuando xaxa va! pache ya etá allí. Cuando Chacha viene pache etá aquí. ¡Uhhhh! Apestash a xangre y xamusquina. ¡Nitas ducha urgente!

¡Maldita sea! Prefiero buscar otro taxi, voy a bajarme, pero me pasa como en las películas de miedo. El mapache pone los seguros del coche y arranca. Y otra vez igual, a toda velocidad por las carreteras francesas, aunque creo que el mapache cree estar en Inglaterra porque no creo que distinga el carril izquierdo del derecho. 

Después de un rato, la conducción agresiva se detiene. Es de noche y no veo casi nada, además de no conocer la zona, pero parece que estamos en una autopista.

—¿Perdona mapache, pero seguro que por aquí se va al aeropuerto?

—Oh pache no chave leer. Pache solo Conduche.

—¡Pero tenemos que ir al aeropuerto!

—Nooo aviones de noche. Mama Tanke tranquila, pache conduche cuesta abajo. Pache ser experto en conduchir carros.

Ahora no sé si se refiere a carromatos o al coche, porque en algunos sitios se refieren a él como carro. En fin, leyendo entre líneas de mapache, en lo cual empiezo a ser una experta, parece que vamos hacia casa en coche. Bien, eso me da unas cuantas horas para dormir. Solo espero que el mapache no se confunda y aparezca en Italia.

He podido dormir un poco después de todo, el taxi es más cómodo que un carro de caballos, pero me ha despertado el mapache a mitad camino, ya en territorio español. Menos mal… 

Pero no me ha despertado para preguntarme algo o sin querer, no, no, todo lo contrario, seguro que lo ha hecho a propósito, porque de golpe le ha dado por cantar la macarena, la barbacoa y demás canciones del verano. Y cantadas al estilo mapache son una autentica tortura.

Como todavía me quedan horas de viaje y no quiero que el pache cante, se me ocurre comenzar a conocerlo mejor, hacerle preguntas. Dónde viven, cuánto cobran, de dónde es su raza, porque hacen este trabajo, si hay familias de mapaches con mapachitos…

Me ha contestado cosas muy raras y difíciles de entender, pero he sacado en claro algunas cosas, la más asombrosa es que todos los mapaches son hembras. De hecho, todos los mapaches son el mismo mapache y todos saben de todos, es como una mente colmena de esas de las pelis. Esto no es un trabajo para ellos. Solo están aquí para ayudar. Les encanta el chocolate y los dulces, pero no pueden comer mucho porque si no se estresan y hacen todo a cámara rapidísima, hasta el punto de hacer las cosas mal. Y que siempre que necesite algo, que llame, y un mapache acudirá. No porque estén escuchando, sino como si fuera un hechizo de convocar mapaches. Es como un poder que va añadido a todas las jugadoras.

¡Ah sí! He descubierto algo super importante, distintos tipos de descuentos en las tarifas de En-visado y Re-cibido. Además del descuento por envíos entre personas del clan, resulta que puedes comprar servicio por adelantado y te entran algunos extras. Esto último me ha llevado al tema del pago del taxi, porque estaba con miedo de lo que me costaría el taxi hasta casa, pero resulta que solo cobra por viaje y siempre una moneda. Lo que pasa es que, según el valor de la moneda, el trato del mapache es más servicial y amigable o menos, así que hay que dar propina a los mapaches para que se porten bien. 1MP, que vale 250€, por hacer de taxista me parece excesivo, pero bueno, no voy a discutir con ella que si no me deja en mitad de ningún lado.

OH, ya estamos en el país, ya puedo usar el móvil.

Le escribo un WhatsApp a Adam preguntando por cómo ha ido todo, explicándole que ya he terminado y estoy de regreso. Al poco recibo uno de él, diciéndome que todo bien, que ya hablamos mañana, que se iba a acostar. 

Veo que mi marido ha estado mandándome un montón de mensajes de WhatsApp, pero no los leo, prefiero hablarlo todo cara a cara cuando llegue.

Al final, la mapache se ha portado bien y me ha dejado enfrente de mi casa. Y con la MP que le he pagado, hasta me ha subido la maleta hasta la puerta. Un detalle tonto porque el hechizo del peso sigue activo, pero bueno. Empiezo a pensar que toda esta puesta en escena les divierte y por eso lo hacen. Una vez en la puerta la mapache se va.

Yo abro la puerta y me encuentro a mi marido en el comedor mirando la televisión nueva.

—Cariño. Tenemos que hablar.

 

 

 

Las crónicas de Sasha continúan en:

 

Las crónicas de Sasha

volumen II

“Ya no soy una Noob”

Please Login in order to comment!